Garbanzada

Habremos puesto los garbanzos el día anterior de remojo y siempre con agua caliente, ya que es la única legumbre que necesita el agua caliente para su remojo, al igual que necesita el agua caliente antes de poner a cocinar.

Rallamos los tomates.

En un caldero pochamos los ajos picaditos.

Cuando empiecen a dorar añadimos las cebollas igualmente picadas.

Una vez hayan empezado a coger color añadimos los tomates que habremos rallado y el medio vaso de vino blanco para que evapore el alcohol.

Mientras, habremos puesto en una olla exprés con el agua caliente los garbanzos con la punta de jamón.

Dejamos que hierban unos 35 o 40 minutos, una vez que empiece la olla a pitar y siempre con la precaución de ponerla a fuego moderado para que los garbanzos nos queden enteros. En cocina vitrocerámica yo, cuando empieza a hervir, lo pongo en el número 3.

Removemos las cebollas con el tomate y el ajo. Dejamos unos minutos y añadimos el pimentón, el tomillo y la hoja de laurel.

A continuación troceamos el chorizo, el jamón que habremos sacado de la cocción de los garbanzos y el bacon.

Se lo añadimos al refrito.

Dejamos cocinar unos minutos y añadimos los garbanzos que habremos escurrido y siempre reservaremos un poco del agua de la cocción ya que no tienen que quedar muy espesos y si lo necesitan podremos añadir un poco de éste agua.

Dejaremos unos 15 minutos a fuego lento para que se incorporen todos los sabores y finalmente rectificaremos por si necesita algo de sal. Si se quiere se puede poner una puntita de azúcar para quitar el ácido del tomate. Éso va a gusto de cada uno.

Siempre estará mucho mejor si dejamos reposar la garbanzada unas horas. Yo, en casa, siempre lo hago muy temprano para que esté mucho mejor al mediodía.

Si quieres este plato está también muy bueno de un día para otro con lo cual te lo puedes llevar a tu trabajo.

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