Los bizcochos de soletilla me encantan desde que era pequeñita, tanto para comerlos solos como acompañados, y si encima son caseros tienen un encanto particular que los hace irresistibles, ¡pruébalos!
Ingredientes
- 3 huevos talla L
- 90 gramos de harina de repostería
- 75 gramos de azúcar blanquilla
- una pizca de sal
- 2 cucharaditas de levadura en polvo
- azúcar glass (para espolvorear los bizcochos)
Elaboración paso a paso
- Empezamos la elaboración separando las claras de las yemas de los huevos.
- Ponemos las claras en un bol con la pizca de sal y las batimos con varillas eléctricas hasta que empiezan a montar y entonces vamos echando, poco a poco, el azúcar blanca sin dejar de batir hasta que estén bien montadas.
- En otro bol ponemos las yemas y las batimos con las mismas varillas hasta que blanqueen.
- En dicho momento empezamos a verter las claras montadas con el azúcar a las yemas batidas, poco a poco, incorporándolas con movimientos envolventes y ayudándonos de una lengua.
- Continuamos añadiendo el merengue a las yemas batidas...
- ... incorporándolas con la espátula hasta que terminemos de añadir el merengue.
- A continuación añadimos la harina tamizada con la levadura poco a poco...
- ... y seguimos incorporando con movimientos envolventes hasta que la harina esté toda integrada.
- Entonces lo metemos en una manga pastelera con boquilla redonda grande (de 1.5 – 2 centímetros).
- Preparamos las bandejas de horno recubriéndolas con papel de hornear y vamos extendiendo bastones de masa con la manga pastelera inclinada y pegada al papel de hornear con una longitud de 7 – 8 centímetros, poniéndolos separados uno del otro.
- Cuando vayamos a meterlos en el horno los espolvoreamos con el azúcar glass utilizando un colador.
- Precalentamos el horno a 180ºC, los metemos en el horno y los horneamos durante unos 12 minutos. Los sacamos del horno cuando los veamos ligeramente dorados.
- Una vez sacados del horno los ponemos a enfriar sobre una rejilla.
- Utiliza una espátula, un cuchillo o despégalos manualmente para separarlos del papel de horno.
- Los bizcochos de soletilla están listos para comer.
- Por cierto, cuando era pequeña y mi madre los compraba en las dulcerías los llamaban "lenguas de pájaro".
¿La has probado?¡Cuéntanos qué tal!