Estas galletas de jengibre y canela son típicas de Navidad en los países del Norte de Europa. Les dan formas de diferentes figuras y se las intercambian, poniéndolas incluso en el árbol de Navidad. Cuando se las hornea el olor invade toda la casa y los golosos se vuelven locos. Van dedicadas con cariño a Mª José y Madeleine.