Empezamos la elaboración preparando la masa brisa.
Ponemos en un bol la harina, el huevo y la mantequilla fría cortada en cubitos y amasamos ligeramente con los dedos de la mano.
Ahora se incorpora el azúcar y la sal, y se amasa unos minutos hasta tener una masa homogénea.
La envolvemos en film y la refrigeramos en la nevera durante una hora.
Pasada la hora la ponemos en una tabla enharinada y la extendemos con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 3 milímetros.
Enrollamos la masa en el rodillo y la colocamos en el molde que vayamos a utilizar para la tarta. En mi caso empleé un molde desmoldable redondo de 23 centímetros.
Que no te importe que pueda faltar masa brisa en alguna zona, porque puedes coger de otra donde sobre y ponerla en los huecos para rellenarla.
Pinchamos la masa brisa con un tenedor, ponemos papel de horno encima y le colocamos como peso unos garbanzos.
Ahora la horneamos a 200º durante 10 o 15 minutos.
El siguiente paso es preparar 250 mililitros de crema pastelera.
Una vez terminada la dejamos atemperar.
Cuando esté atemperada vertemos la crema pastelera sobre la base de la masa brisa tras haberla sacado del horno y haber retirado los garbanzos.
Mientras, pelamos y descorazonamos las manzanas.
Las cortamos en cuartos y luego en láminas, poniéndolas en un bol con el zumo de un limón para evitar que se oxide.
Luego vamos colocando las láminas de manzana empezando por el extremo, todas en el mismo sentido y un poco montadas las unas sobre las otras.
Las siguientes capas las colocamos en sentido contrario y así sucesivamente hasta llegar al centro, en que terminamos como si fuera una flor.
Observa cómo, a pesar de poner zumo de limón, las láminas de manzana se oxidan ligeramente poniéndose un poco más oscuras.
Precalentamos el horno a 180ºC y metemos la tarta de manzana.
Horneamos durante 30 minutos vigilándola para que no se queme.
Con los corazones y las cáscaras de las manzanas preparamos un sirope.
Las ponemos en un cazo con tres cucharadas de azúcar y un poco de agua al fuego.
Removemos de vez en cuando...
... hasta que veamos que tiene un color dorado.
Lo colamos en un chino para eliminar los trozos...
... y recogemos el sirope de manzana.
Pasado el tiempo sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar un poco.
Luego la pintamos con el sirope mezclado con unas cucharadas de mermelada de manzana y la refrigeramos en la nevera un par de horas.
Una vez fría la desmoldamos.
Cortamos porciones y esta rica tarta de manzana clásica está lista para comer.