Trituramos las almendras...
... y las galletas.
Las ponemos en un bol...
... y le añadimos la mantequilla derretida para fabricar la base de la tarta.
En el fondo de un bol desmoldable de 22 cm de diámetro colocamos una hoja de papel de horno.
Colocamos las galletas en el fondo presionando con la mano para que quede homogénea.
En un caldero ponemos 200 ml de leche junto con la nata, el queso y el azúcar. Removemos todo muy bien ayudándonos de unas varillas eléctricas para que no nos queden grumos del queso. Con la misma varilla mezclamos los 2 sobres de cuajada junto con el resto de la leche y se lo añadimos.
Removemos todo muy bien con unas varillas manuales...
... y desde que notes que empieza a espesar retíralo del fuego y viértelo sobre la base de galletas.
Déjalo que se enfríe y cuando esté más o menos frío y cuajado añádele la mermelada de membrillo.
Extiéndela ayudándote de una cuchara.
Métela en la nevera durante 4 – 5 horas para que esté a punto.
Si no tienes mermelada de membrillo puedes comprar un trozo de dulce de membrillo ya elaborado. Te aconsejo, en este caso, que pongas el dulce de membrillo en un caldero con unas gotitas de agua y ayúdate de unas varillas eléctricas para triturarlo y ponerlo sobre la tarta de queso.