Asamos un pimiento y tapamos con papel de aluminio para que sude y puedas pelarlo con facilidad.

En una sartén ponemos los ajos cortados en láminas con un poco de aceite a freír a fuego muy bajo para que no se nos doren demasiado, ya que el ajo quemado amarga muchísimo y no es nada agradable de comer.

Cuando empiecen a tomar color añadimos el pimiento que habremos cortado en tiritas.

Dejamos para que se atempere con el aceite.

Por otro lado cojemos los lomos del salmón, a los cuales habremos puesto un poco de pimienta recién molida.

Los colocamos en una sartén bien caliente con una gotita de nada de aceite de oliva, la cual esparcimos con un trozo de papel de cocina para que no se nos pegue. Preferiblemente poner siempre primero la cara bonita del salmón para que quede bien doradita. No muevas el pescado, ya que dándole un pequeño golpe a la sartén sabremos cuándo ya está dorado.

Damos la vuelta con mucho cuidado al salmón y dejamos unos segundos y apagamos el fuego porque con su calor residual termina la cocción, ya que este pescado no puede quedar muy seco, ha de comerse jugosito, que es como está más rico.

Una vez hecho este proceso, servimos en un plato y ponemos encima los pimientos y el ajo con una pizca de sal Maldon en escamas por encima.

Acompañamos con unas papas sancochadas o hervidas y con el aceite de freír el ajo y el pimiento rociamos las papas. Si te apetece, a este aceite restante puedes añadir también unas gotitas de limón para aliñar las papas. Tu salmón a la plancha con ajos y pimientos está listo para disfrutar.