Empezamos preparando las rosquillas y para ello ponemos en un bol grande los huevos y el azúcar blanquilla...
... batiéndolos con unas varillas manuales hasta que tengas una mezcla homogénea con el azúcar disuelto, pero sin sobrebatir.
Seguimos vertiendo el aceite elegido (usé de girasol) y el anís (usé Marie Brizard) mezclándolos.
Preparamos las dos cucharaditas de anís en grano...
... agregándolas a la mezcla anterior ligeramente triturados.
Tamizamos y mezclamos la harina, la levadura química y la pizca de sal...
... y lo vamos agregando a la mezcla anterior en varias porciones.
Amasamos hasta tener una masa homogénea que se pegará a las manos.
Tapamos el bol y lo refrigeramos al menos durante una hora.
Entonces retomamos la masa y con las manos aceitadas tomamos porciones de masa de unos 35 – 40 gramos que boleamos...
... y le hacemos un agujero central para darle la forma de rosquillas que colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de horno y separadas entre sí porque crecerán al hornearlas.
Antes de hornearlas las pincelamos con la yema batida con ayuda de un pincel de silicona.
Precalentamos el horno a 200ºC y las ponemos a hornear teniéndolas durante unos 12 – 15 minutos sin dejar que se doren demasiado porque endurecerán después.
La superficie de las rosquillas suele cuartearse.
Entonces las sacamos del horno...
... y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Tus rosquillas de San Isidro tontas están ya listas para comer.
Seguimos haciendo las listas y para ello, una vez horneadas de la misma forma, las ponemos en una rejilla...
... y preparamos un almíbar poniendo en un cazo el azúcar blanquillo con el agua,
dejándolo hervir durante unos 4 minutos hasta que el azúcar se haya disuelto...
... e impregnamos cada rosquilla en el almíbar, vuelta y vuelta, retirándolas con unas pinzas...
... dejándolas atemperar en la rejilla puesta sobre una bandeja.
El último paso es preparar el glaseado y para ello ponemos el azúcar glas, la clara de huevo y el zumo de medio limón en un cuenco removiendo hasta que la glasa esté con la textura deseada.
Bañamos las rosquillas solo por la parte superior...
... y colocándolas de nuevo en la rejilla.
Tendremos que esperar a que el glaseado se seque del todo.
Tus rosquillas de San Isidro listas están ya para comer.