El día anterior ponemos en un bol una cucharada colmada de las especias...
... y cuatro o cinco cucharadas soperas de aceite de oliva y removemos.
Las especias las puedes conseguir en los mercados, a granel, o comprarlas ya comercializadas.
Salamos los filetes de pechuga de pollo y los untamos, uno por uno, con la salsa de especias y los dejamos macerar de un día para otro.
En una sartén sin nada de aceite ponemos los filetes de pechuga a dorar.
Cuando esté dorada por uno de los lados le damos la vuelta y ponemos un chorrito de miel en cada filete...
... y así nos quedará caramelizado y con un sabor entre picante y dulce muy bueno.
En esta ocasión los acompañé con unas papas fritas pero, si te apetece, puedes hacer un cuscús, un puré de papas o una ensalada.