Ponemos un caldero con agua y sal.

Cuando empieza a hervir añadimos el vasito de vinagre...

... y una hoja de laurel.

Decimos al pescadero que nos filetee las caballas. Al llegar a tu casa, con unas pinzas para pescado, retira las espinas del centro y las de la ventresca. Estas pinzas que yo utilizo las puedes comprar fácilmente en cualquier tienda del hogar o en algunos de “los chinos”, son baratas pero te aseguro que cuando hagas salmón o algún otro pescado que tengas que quitar las espinas te sacarán del apuro.

Introducimos las caballas en el agua...

... y las dejamos hervir no más de 5 minutos.

Este tipo de cocción te vale tanto para comer en caliente como para comer en frío y además, si te sobran caballas puedes ponerlas en un bote de cristal con aceite de oliva y te aguantará varios días en la nevera.

Están listas para comer. En este caso las he acompañado con unas rodajas de batata amarilla sancochadas, unas papas también sancochadas y una “pella” de gofio realizada también con batata.