Empezamos elaborando el relleno de las empanadillas y para ello lavamos las manzanas.
Las pelamos reservando las cáscaras para su uso posterior, las descorazonamos y las cortamos en cuadraditos pequeños.
Las colocamos en un calentador con el zumo de un limón.
Las llevamos al fuego añadiendo el azúcar moreno, la mantequilla y el palito de canela dejándolo a fuego moderado...
... hasta que tengamos las manzanas ligeramente cocidas...
... y las escurrimos bien.
A la par vamos fabricando el almíbar de pectina poniendo las cáscaras de las manzanas en otro calentador con agua hasta cubrir y unas cucharadas de azúcar blanquillo.
Dejamos que vaya reduciendo a fuego moderado.
Cuando haya reducido las escurrimos, retiramos las cáscaras y dejamos atemperar el almíbar de pectina.
Una vez que estén todos los ingredientes fríos y vayamos a realizar el montaje estiramos la masa de hojaldre y con un cortapastas o un vaso hacemos los círculos de la masa de las empanadillas...
... y retiramos el resto del hojaldre que podremos utilizar para otras elaboraciones.
Batimos el huevo y pintamos los bordes de la masa de las empanadillas...
... y colocamos una cucharada del relleno de manzana atemperado en un lado de la masa...
... para luego cerrarlas con cuidado y sellarlas con la ayuda de un tenedor.
Las pasamos a una bandeja de horno forrada con papel de hornear y si lo deseas puedes hacerle un dibujo a la masa con un cuchillo sin llegar a profundizar en la masa para luego pincelarlas con huevo batido.
Precalentamos el horno a 200ºC y las horneamos durante unos 20 minutos hasta verlas doraditas.
Entonces las retiramos del horno y las dejamos atemperar.
Sólo queda darles brillo y para ello las pincelaremos con el almíbar de pectina que habíamos elaborado.
Tus empanadillas de hojaldre rellenas de manzana están listas para comer.
Aproveché el resto del hojaldre para hacerle unas minipalmeritas a mis nietos.
Para ello sólo tienes que amasar los trozos de hojaldre, estirarlos con un rodillo, espolvorearlos con azúcar blanquillo y enrollarlos por los dos extremos hasta que coincidan en el centro, para finalmente cortarlos con un cuchillo.
Los volvemos a espolvorear con azúcar por los dos lados...
... y los ponemos en una bandeja de horno o una rejilla, sobre papel de hornear y los horneamos a 200ºC hasta que estén doraditas.
Te aseguro que estas palmeritas los vuelve locos.