Empezamos la elaboración lavando bien los garbanzos bajo el grifo de agua colocados en un colador para retirarles el líquido de conservación.
Luego los ponemos en un caldero y le añadimos las tres cucharaditas de Tahini (pasta de semillas de sésamo).
Vertemos el litro de caldo de verduras caliente...
... incorporando la cucharadita de canela en polvo y la cucharadita de pimienta blanca molida hasta que rompa a hervir.
Entonces bajamos a fuego moderado y lo dejamos al chup-chup con la tapa puesta durante 25 – 30 minutos, removiendo periódicamente con una cuchara de madera.
Pasado el tiempo comprobamos de sal y echamos un puñadito de sal rosa del Himalaya y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Retiramos el caldero momentáneamente del fuego y trituramos con una minipimer hasta que tengamos una crema lisa.
Volvemos a poner el caldero al fuego, echamos los tres quesitos fundidos, removemos y volvemos a triturar para integrar por completo el queso en la crema.
Si observas que la crema está demasiado líquida puedes espesarla un poco añadiendo 1 – 2 cucharadas de maizena diluida en agua fría y volver a ponerla al fuego removiendo hasta que espese a tu gusto.
Para fabricar unos picatostes trocea una rebanada de pan en trocitos pequeños y ponlos en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear, espolvorea 1 cucharadita de ajo en polvo, otra de perejil seco picado y un chorrito de aceite de oliva y mézclalo todo con las manos.
Mételo en el horno y hornea a 200ºC durante unos minutos hasta que estén dorados vigilando para que no se te quemen.
Para servirla añádele los picatostes y unos pistachos repelados al gusto.
Tu crema de garbanzos está lista para comer.