Empezamos activando la levadura y para ello calentamos un poco los 120 mililitros de agua (en el microondas o en cazo al fuego para dejarlo con una temperatura por debajo de 50ºC) y la ponemos en un bol pequeño con la cucharadita de azúcar y espolvoreamos la levadura seca de panadería.
Removemos bien hasta disolver el azúcar y la levadura, tapamos con un plato y dejamos que se active durante unos 10 minutos.
Entonces comprobarás como la levadura se ha activado.
El siguiente paso es empezar a hacer la masa y para ello colocamos en un bol grande los 390 gramos de harina de repostería más los 50 gramos de azúcar y las 2 cucharaditas de sal, mezclándolas con una cuchara de madera.
Le hacemos un cráter en el centro de la masa y volcamos los dos huevos y la yema de huevo y los 60 mililitros de aceite (usé de girasol)...
... removiendo hasta tener bien mezclados los ingredientes.
Entonces vertemos la levadura activada y la seguimos mezclando para luego empezar a amasar (yo lo hice manualmente), inicialmente en el mismo bol para luego pasar a una tabla enharinada.
Tendremos que amasar durante unos 10 minutos espolvoreando un poquito más de harina si fuera preciso hasta tener una masa lisa y que no se pega.
Cuando la tengamos en su punto la boleamos y la ponemos en un bol limpio untado con aceite.
Tapamos el bol con film de cocina o con un trapo limpio.
Podemos dejarla levar durante 1.5 – 2 horas o como hice yo dejándola que leve lentamente poniéndola en la nevera toda la noche.
Pasado el tiempo la sacamos de la nevera...
... y la dejamos aclimatar a temperatura ambiente durante 30 – 60 minutos y verás cómo ha continuado levando.
Ahora la pasamos a la tabla enharinada, la desgasificamos presionando con los nudillos unas cuantas veces y la vamos estirando con las palmas dándole forma rectangular y la dejamos reposar de nuevo tapándola con un paño de cocina durante otros 10 minutos.
Pasado el tiempo la cortamos con un cuchillo afilado o una rasqueta en 4 partes a lo largo y vamos amasando ligeramente cada una de las partes para darle forma redondeada y con una longitud de unos 45 centímetros.
Conviene tenerlas tapadas con el paño de cocina para que no se sequen.
Una vez tengamos los cuatro cabos los unimos por uno de los extremos) y empezamos a trenzarlos.
Te dejo un enlace a youtube donde te explican con claridad cómo hacer trenzas con diferente número de cabos. Al terminar de trenzarlos unimos los extremos y los remetemos por detrás.
Pasamos la trenza a una bandeja de horno sobre papel de hornear,...
... la espolvoreamos bien con harina, la tapamos de nuevo con un paño y la dejamos levar de nuevo durante otra hora, a temperatura ambiente.
Mezclamos la clara de huevo con la cucharada de agua y la batimos ligeramente.
Pasado el tiempo de levado retomamos la masa...
... y la pincelamos bien con la clara batida con una brocha de silicona teniendo cuidado de no pincharla y untando bien los pliegues.
Habremos precalentado el horno y metemos la masa de pan en el horno horneándolo durante 30 – 35 minutos hasta que esté muy dorado.
Cuando lo saques del horno, al golpearlo por la base suena hueco.
Tu Challah, Jalá o Pan judío está listo para comer.
Córtalo con un cuchillo de sierra y comprobarás lo flexible que es y lo rico que está.