Pedimos al carnicero que nos haga unos filetes con el hígado de ternera fresquito, cortado en trozos no muy grandes.
En un vaso triturador introducimos los dientes de ajo, el tomillo, el orégano, el perejil, el pimentón dulce y la sal. Si lo quieres bien picante tritura el trozo de pimienta picante con todos los demás ingredientes.
Añadimos como medio vasito de vinagre y el doble de aceite de oliva.
Trituramos todo.
En este caso yo he puesto la hoja de laurel y el trozo de pimienta picante sin triturar, solamente para que dé su sabor y que no pique tanto.
Volcamos encima de los filetes todo el adobo.
Lo dejamos macerar de un día para otro y lo removemos todo muy bien para que coja todo el adobo.
Freímos los filetes de hígado al día siguiente.
Sin añadir nada de aceite, ya que con el adobo es suficiente. Es conveniente que el hígado no se fría demasiado y siempre a un fuego no demasiado fuerte.
En este caso hemos acompañado las carajacas, como se comen en Canarias, con unas papas sancochadas.