En un caldero troceamos las papas, la cebolla (picada pequeña), el pimiento y los tomates pelados. En un mortero picamos los ajos con el comino y se lo añadimos al caldero, ponemos un poquito de pimentón, un poco de colorante, un chorro de aceite de oliva y el manojo de cilantro (se puede poner enrolladito o picado, según el gusto. Yo siempre lo pongo entero y al final de la cocción lo retiro, porque siempre se quedan algunas hojitas en el caldo). Movemos todos los ingredientes sin ponerle el agua, solo el aceite.
Lo cubrimos de agua y dejamos hervir a fuego medio hasta que todo esté cocido.
Una vez terminada la cocción, rompemos un huevo por comensal encima de las papas. Apagamos el fuego y lo dejamos tapado, ya que con el calor el huevo se hará.
Dejamos reposar, que estará mucho más rico si reposa como media horita, y retiramos el manojo de cilantro. Tu caldo de papas está listo para servir.
Nota: a este proceso se le puede añadir también maíz congelado o unas piñas de millo, a las cuales con un cuchillo de sierra hemos quitado los granos. En este caso, hemos de poner el millo, si es fresco, junto con toda la preparación. Si es millo congelado, unos 10 minutos antes de que termine la cocción. Así también está muy bueno. Esto se llama caldo de millo con huevo (o caldo de maíz, como se dice en la Península).