Lavamos los calabacines y los secamos.

Si no encuentras calabacines redondos puedes utilizar los normales.

Le cortamos la parte superior a los calabacines y con ayuda de una puntilla hacemos cortes profundos en la carne del calabacín y los introducimos en el microondas a máxima potencia durante unos 15 minutos.

Una vez estén fríos los vaciamos con ayuda de un cuchillo o un sacabolas dejándolos perfectamente huecos y los reservamos.

Metemos la carne del calabacín en un vaso para triturarla para que quede como una especie de puré y reservamos.

En una sartén con un chorro de aceite de oliva pochamos la cebolla picada y los ajos también picados.

Cuando empiecen a tomar color añadimos el pimiento rojo también troceado.

En esta ocasión he utilizado un pimiento morrón sin piel.

Removemos bien y añadimos el chorizo troceado para que vaya soltando todo su sabor.

Luego añadimos el bacon troceado...

... y la carne picada.

Removemos todo bien y añadimos la sal, la pimienta y un poco de orégano.

Seguimos removiendo y añadimos el puré de la carne de los calabacinos dejando que se guise todo unos 10 minutos aproximadamente.

Añadimos 3 o 4 cucharadas de bechamel (leer receta) y removemos bien.

Precalentamos el horno a máxima potencia.

Colocamos los calabacines en una fuente de horno y los rellenamos.

Una vez rellenos los cubrimos con el resto de la bechamel bien espesa y añadimos el queso rallado por encima.

Introducimos la bandeja en el horno y los dejamos hornear a 220ºC durante unos 20 – 25 minutos.

Por último encendemos el gratinador y los dejamos que doren por encima durante unos 5 – 8 minutos.

Tus calabacines rellenos están listos para comer.