Esta receta es muy fácil de hacer siempre y cuando hagas el paso a paso. No tengas miedo de elaborarla; si en algún momento te queda un poco espeso, simplemente con añadirle un poco más de leche (siempre caliente) la dejarás a tu gusto.
Seguidamente, una vez derretida, añadimos la harina.
Batimos bien con una varilla un rato para que se cueza la harina.
Seguidamente añadimos el medio litro de leche bien caliente, para que no haga grumos. Toda la leche de un tirón.
Seguimos moviendo con la varilla hasta que empiece a espesar. Si notas que te ha quedado muy espesa, añade un poco más de leche, siempre que esté caliente.
Finalmente, añadimos un poco de pimienta molida, preferiblemente recién molida, ya que da mucho más aroma y sabor a los platos. Yo utilizo una pimienta que viene en un bote que a la vez es molinillo, y además me gusta mucho una pimienta que es de tres colores.
Si se quiere, y esto es al gusto, se puede añadir una pizca de nuez moscada.