Empezamos la elaboración poniendo en un bol la harina de trigo, la mantequilla en pomada y el queso Parmesano recién rallado y mezclándolos bien con ayuda de una cuchara.

Luego lo amasamos manualmente hasta tener una masa lisa a la cual añadimos la cucharadita de orégano y una pizca de pimientas recién molidas.

Tostamos en una sartén 1 – 2 cucharadas de pipas de girasol...

... muy poco tiempo, las dejamos atemperar para luego añadirlas a la masa recién tostaditas.

Mezclamos bien todos los ingredientes y le damos a la masa forma de bola que aplastamos con las manos y estiramos con un rodillo poniéndola entre dos hojas de horno.

Metemos la masa estirada unos treinta minutos en la nevera para que endurezca y pasado el tiempo la sacamos de la nevera...

... y con un cortapastas para galletas vamos cogiendo porciones de masa y colocándolas en una bandeja de horno sobre papel de hornear sin separarlas demasiado porque no crecerán.

Las metemos en el horno precalentado a 180ºC y las horneamos unos doce minutos, hasta que veamos que los bordes empiezan a dorar.

Entonces las sacamos del horno y las dejamos enfriar unos minutos sobre una rejilla.