La papaya es una fruta muy versátil, que puede emplearse
tanto para platos dulces como salados.
Cogemos las papayas y las pelamos,
las despepitamos, las troceamos y las metemos en un vaso americano.
Exprimimos un limón,
pesamos el azúcar...
... y los añadimos al vaso americano.
Trituramos muy bien y obtendremos un puré de papayas bien espeso.
Lo metemos en un recipiente y lo guardamos en la nevera.
En un cazo ponemos a calentar la nata y cuando empiece a hervir lo retiramos del fuego y dejamos que atempere.
Pesamos el azúcar,
cascamos los 4 huevos en un bol...
... y le añadimos una pizca de sal y el azúcar.
Con unas varillas eléctricas batimos muy bien...
... hasta que el azúcar esté disuelto y haya blanqueado.
Añadimos, poco a poco, la nata ligeramente templada sin dejar de batir.
Es importante que la nata esté fría para que el huevo no cuaje.
Volcamos la mezcla en un caldero que pondremos al fuego y seguimos removiendo hasta que espese.
Una vez espese la retiramos del fuego y la dejamos enfriar en un bol y, cuando enfríe, la metemos en la nevera.
Cubre la superficie de esta crema de nata con papel film para que no haga costra.
La crema de papaya está lista para comer.
En el momento de comerla pon en el fondo de un recipiente la cantidad que te apetezca de crema de nata y vierte por encima un par de cucharadas del puré de papaya.
Ayudándote de un palito de brocheta puedes hacer unos dibujos. ¡Buen provecho!