Compramos unos trozos de carne de ternera para guisar (aguja, contra, morcillo, etcétera).
 En un mortero colocamos los dientes de ajo con un poco de sal gorda...
 ... y los machacamos.
 Con la ayuda de las manos salpimentamos la carne por ambos lados y la embadurnamos con los ajos machacados y la manteca de cerdo y los dejamos macerando unas horas, preferiblemente desde la noche anterior.
 Pelamos y troceamos las zanahorias y las cebollas.
 Preparamos el vaso de vino blanco.
 En un caldero con 2 vasos de agua hirviendo añadimos 2 cucharaditas de concentrado de carne y removemos hasta que se disuelva y reservamos este caldo.
 En una olla exprés bien caliente, añadimos unas cucharadas de aceite de oliva y seguidamente los trozos de carne y dejamos que se doren bien por todas partes.
 Una vez dorados les añadimos las zanahorias, las cebollas y el vaso de vino dejando evaporar el alcohol unos minutos.
 Añadimos el caldo de carne y cerramos la olla.
Una vez coja presión dejamos cocinar durante unos 30 minutos, los primeros 10 minutos a fuego fuerte y los otros 20 minutos a fuego moderado.
Abrimos la olla y comprobamos que la carne esté tierna.
 Sacamos de la olla los trozos de carne y los colocamos en un caldero.
 Con la ayuda de unas varillas eléctricas trituramos bien la salsa y se la añadimos a los trozos de carne.
 Damos un pequeño hervor a fuego moderado.
Troceamos la carne ya guisada en trozos más pequeños.
 Por otro lado habremos frito las papas en cuadraditos poniéndoles un poquito de sal fina por encima...
 ... y se las incorporamos al caldero dejando que cueza a fuego muy lento un par de minutos más.
 Lista para comer.
 Como siempre digo si ha reposado estará mucho mejor.