Empezamos cortando el pan en rodajas y poniéndolo en un bol...
... dejándolo que se empape bien con la leche durante 10 – 15 minutos.
Preparamos las hierbas aromáticas que vayamos a utilizar que pueden ser perejil, hierba de San Pedro, salvia, menta, cebollino, romero o albahaca.
En mi caso usé perejil, salvia, romero y cilantro cogiendo unas 4 hojitas de cada una, picándolas a cuchillo y añadiendo un diente de ajo también picado.
En un bol grande cascamos los cuatro huevos...
... añadiéndoles las hierbas aromáticas y el ajo picaditos,
salpimentándolo al gusto e incorporando el queso parmesano rallado, mezclando bien todos los ingredientes con unas varillas manuales.
Troceamos el salami o el salchichón en trocitos...
... y lo ponemos a dorar en una sartén grande antiadherente con la cucharada de mantequilla derretida...
... hasta que el salchichón esté dorado.
Vertemos un poquito de aceite y luego incorporamos el pan empapado en leche bien escurrido...
... mezclándolo con el salchichón doradito dejando sofreír hasta que el pan se haya amalgamado con el salchichón y esté cocido.
En dicho momento volcamos la mezcla de huevo batido con las hierbas aromáticas y el queso parmesano rallado, dejando que la mezcla vaya cuajando. Lo cocinamos a fuego moderado durante unos 5 minutos.
Con una cuchara de madera vamos despegando los bordes de la sartén y cuando esté bien cocida por esa cara, le damos la vuelta con un plato, como si de una tortilla se tratara,
vertiendo un poco de aceite a la sartén si fuera necesario y dejando que se vaya haciendo por el otro lado.
Necesitarás darle alguna vuelta más hasta que la frittata esté en su punto.
Tu frittata rognosa piemontese está lista para comer.
Al servirla córtala en porciones y rocíala generosamente con vinagre de vino tinto que es de la manera en que la comen en esa zona de Italia.