Empezamos la elaboración separando las yemas de las claras de los huevos poniéndolas en recipientes separados.
Batimos las claras con varillas eléctricas añadiendo una pizca de sal, y cuando empiecen a espumar le agregamos 3 cucharadas del azúcar de la taza y seguimos montando hasta que está a punto de nieve firme. La reservamos para su uso posterior.
Continuamos agregando al bol de las yemas el resto del azúcar...
... y las batimos con las varillas durante unos cinco minutos hasta que la mezcla esté muy espumosa.
Vertemos la taza de aceite de girasol y seguimos batiendo a menor velocidad.
Cuando esté integrada vertemos la leche...
... y el extracto de vainilla para seguir batiendo a baja velocidad.
Incorporamos la ralladura de limón a la masa.
Tamizamos y mezclamos la harina de repostería con la maizena y la levadura en polvo, y las vamos incorporando a la mezcla en tres partes batiendo tras añadir cada parte...,
...ayudándonos al final de una lengua para incorporar toda la harina de las paredes del bol.
El último paso para tener la masa del bizcocho es agregar las claras montadas, que haremos también en tres partes...
... removiendo con la lengua con movimientos envolventes y mucha delicadeza hasta que toda la clara esté integrada y sin grumos.
Utilicé un molde rectangular para bizcochos de 37 x 24 centímetros, siendo aconsejable engrasarlo y forrarlo con papel de horno ,y volcamos la masa del bizcocho y lo metemos en el horno precalentado a 180ºC, horneando durante 25 minutos.
Comprueba con un palito que salga limpio, déjalo unos 10 – 15 minutos en el horno con la puerta un poco abierta para finalmente sacarlo del horno poniéndolo a enfriar sobre una rejilla.
Cuando haya enfriado lo desmoldamos pasándolo a la bandeja de presentación.
Sólo queda espolvorearlo con azúcar glas para terminarlo.
Tu bizcocho de convento está listo para comer.
Córtalo en porciones rectangulares y sírvelo.