Para elaborar la masa de las galletas empezamos colocando la mantequilla en pomada en un bol...
... aplastándola ligeramente con una cuchara.
Añadimos el azúcar blanquillo...
... mezclándolos bien para seguir añadiendo las yemas de huevo, la vainilla y una pizca de sal y seguimos mezclando.
Puedes añadirle un chorrito de leche con cuidado (no más de 50 mililitros)...
... para luego ir incorporando, poco a poco, la harina tamizada.
La masa irá espesando, por lo que tendremos que amasar manualmente hasta tener una masa blanda y lisa que se despega de las paredes del bol y de las manos.
En casa tengo una pistola que he usado también para hacer churros.
Se trata de elegir el modelo de galletas que deseas hacer, que se coloca en un lado del cilindro, se rellena este con porciones de masa y se cierra el cilindro.
En el otro lado está el gatillo, elijes el grosor de la galleta y luego disparas directamente sobre una bandeja de horno, sin papel de horno, colocando el cilindro verticalmente.
Puedes ver un vídeo tutorial con la explicación en Youtube pinchando en este enlace. Metemos la bandeja en el horno precalentado a 180ºC y horneamos durante 10 – 12 minutos, hasta ver que empieza a dorar por el borde.
Sacamos del horno y dejamos que se enfríe en la misma bandeja de horno, ya que son frágiles.
Después las pasamos a un plato.
El último paso es decorarlas.
Puedes utilizar múltiples ingredientes, pero en mi caso sólo usé chocolate y bolitas multicolores.
Pon el chocolate en un bol de cristal y mételo en el microondas dándole golpes de 30 segundos hasta que empiece a derretir.
Una vez fundido puedes embadurnar una parte de las galletas en el chocolate e ir colocándolas sobre papel de horno, esparciendo las bolitas multicolores por el chocolate antes de que se solidifique.
El chocolate fundido que quedó lo pasé a una manga pastelera desechable, recorté la puntita y decoré las galletas a mi gusto.
A otras galletas simplemente las decoré con el chocolate de la manga pastelera.
Tus galletas de mantequilla con pistola están listas para comer.
La casa queda con un intenso olor a pastelería y los pequeños, especialmente la más pequeña, fliparon.