Te aconsejo que empieces forrando un molde redondo desmoldable con papel de horno en mi caso de 21 centímetros de diámetro.
Luego hacemos la base de la tarta y cómo suele ser habitual trituramos bien los 200 gramos de galleta y la mezclamos en un bol con la mantequilla derretida.
Mezclamos bien dichos ingredientes con una espátula o una cuchara y lo volcamos en el molde extendiéndolo bien para que ocupe toda la base.
El siguiente paso consiste en colocar por todo el lateral las galletas con el chocolate...
... poniendo la cara del chocolate hacia afuera e incrustando un poquito la porción inferior en la base que habíamos formado.
Con 10 galletas y un trocito de otra fue suficiente para cubrir todo el lateral.
Mientras preparamos el resto de la tarta, metemos el molde en la nevera.
Para empezar el relleno de la tarta ponemos en un caldero la leche condensada, la leche y las tres yemas de huevo.
Al mismo tiempo ponemos a hidratar las hojas de gelatina en un plato con agua fría.
Ponemos el caldero a fuego medio y batimos con unas varillas manuales.
Cuando rompa a hervir separamos el caldero del fuego y vertemos las dos cucharaditas de vainilla mezclándola bien.
Luego agregamos las cuatro hojas de gelatina hidratadas bien escurridas diluyéndola bien en la mezcla con las varillas.
Pasamos toda la mezcla a un recipiente amplio (usé una Pyrex)...
... y la cubrimos con film de cocina pegado a la superficie para que no forme costra y dejamos que enfríe.
Cuando haya atemperado la metemos en la nevera durante una o dos horas hasta que cuaje.
Cuando haya cuajado montamos los 400 mililitros de nata bien fría con varillas eléctricas hasta que esté semimontada, es decir que aparezcan surcos superficiales.
Sacamos la crema fría de la nevera, retiramos el film...
... y vamos volcándola, en varias porciones, sobre la nata semimontada integrándolas sin sobrebatir porque puede cortarse la nata.
Cuando tengamos una mezcla homogénea...
... la volcamos por completo sobre la base de galletas que teníamos refrigerando.
Debemos refrigerarla al menos de cuatro a seis horas y mejor de un día para otro.
Al día siguiente preparamos la ganache y para ello ponemos en un bol el chocolate troceado,...
... calentamos la nata hasta que empiece a hervir, bien al microondas o en un cazo al fuego...
... y la vertemos sobre el chocolate troceado.
Esperamos un par de minutos y disolvemos por completo el chocolate con ayuda de unas varillas manuales.
Sacamos la tarta de la nevera...
... y sin desmoldarla le volcamos la ganache por encima alisándola con una espátula.
La volvemos a refrigerar hasta el momento en el que la vayamos a servir.
La desmoldamos y la ponemos en la bandeja de presentación.
Tu tarta holandesa sin horno está lista para comer.
Córtala en porciones y sírvela.