Te aconsejo que empieces engrasando y forrando el molde que vayas a utilizar (utilicé uno tipo Plumcake).
Luego ponemos en un bol grande los huevos, los 100 gramos de azúcar, los dos yogures y la nata y los batimos con unas varillas (usé unas manuales).
Cuando esté todo integrado agregamos el queso y la leche y continuamos batiendo.
Tras integrar incorporamos, poco a poco, la harina tamizada...
... mezclándola bien con el resto de ingredientes y lo volcamos todo sobre el molde elegido.
El siguiente paso es pelar las manzanas poniéndolas en un cuenco con agua y el zumo de medio limón para evitar que se oxiden, para luego ir cortándolas en laminitas de unos 2 milímetros de grosor.
Colocamos la manzana laminada en el molde sobre el resto de ingredientes.
Nos queda espolvorear por encima un par de cucharadas de azúcar normal y meter el pastel en el horno precalentado a 180ºC.
Horneamos durante 60 – 75 minutos comprobando con palito que salga limpio.
Si ves que el pastel está dorándose excesivamente cúbrelo con papel de aluminio.
Cuando esté cocido lo sacamos del horno y lo colocamos sobre una rejilla.
Si quieres que tenga brillo puedes calentar en un cazo unas cucharadas de mermelada de melocotón con una o dos cucharadas de agua y pintar el pastel, en caliente, con una brocha de silicona.
Cuando haya enfriado mételo en la nevera hasta el momento de su consumo.
Tu pastel de queso con manzana está listo para comer.
Córtalo en porciones con un cuchillo de sierra y sírvelo.