Empezamos la elaboración preparando las manzanas y para ello las pelamos, las descorazonamos y las cortamos en cubitos poniéndolos en un cazo al fuego con el agua, el azúcar moreno y la canela molida.
Las tenemos cociendo a fuego moderado durante cuatro – cinco minutos.
Pasado el tiempo las retiramos del fuego y las escurrimos poniéndolas en un colador y las dejamos atemperar.
Mientras, vamos preparando la masa y para ello ponemos en un bol la mantequilla en pomada y el azúcar blanquillo batiéndolos con unas varillas eléctricas hasta que la mezcla blanquee, durante un par de minutos.
Luego vamos agregando los huevos de uno...
... en uno integrando bien antes de añadir el siguiente.
Tamizamos la harina con la levadura...
... y las vamos incorporando a la mezcla anterior cucharada a cucharada...
... hasta tener toda la masa homogénea.
Engrasamos y forramos un molde redondo desmoldable (usé uno de 20 – 21 centímetros de diámetro)...
... y volcamos la masa alisándola con una espátula.
Nos queda lavar las cerezas, cortarlas por la mitad y retirarles las pepitas.
Luego incorporamos sobre la masa que teníamos en el molde tanto las cerezas partidas por la mitad como los cubitos de manzana caramelizados...
... y espolvoreamos por encima otras dos cucharadas de azúcar moreno y otras dos cucharadas de canela en polvo, esta última con ayuda de un colador pequeño.
Precalentamos el horno a 180ºC y metemos el molde horneándolo durante 45 – 50 minutos.
Si observas que la tarta se está dorando demasiado protégela cubriéndola con papel de aluminio.
Confirma que está bien cocida pinchando con un palito y que salga limpio.
Entonces la sacamos del horno y la dejamos enfriar poniéndola encima de una rejilla.
Cuando haya enfriado la desmoldamos y la servimos cortada en porciones.
Nuestra tarta de manzanas y cerezas frescas está lista para comer.