Empezamos mezclando en un bol grande la harina de trigo con el bicarbonato y la sal...
... y poniendo a hervir el agua en un cazo.
Cuando el agua rompa a hervir la vertemos de golpe en el bol de la harina...
... y mezclamos bien con ayuda de una cuchara de madera...
... intentando que se integren y desaparezca la harina por completo.
Cuando todos los ingredientes estén bien integrados ya podrás incluso terminar amasando con las manos.
Preparamos la churrera...
... poniéndole una boquilla estrellada.
Nos embadurnamos las manos con un poco de aceite, amasamos para hacer unos cilindros y los metemos en el depósito de la churrera hasta que empiece a salir la masa.
Vamos sacando los churros y los ponemos sobre un paño de cocina limpio.
Ponemos a calentar bien el aceite que utilicemos hasta que empiece a humear y, en dicho momento, introducimos un poquito de masa para comprobar que el aceite está bien caliente y la masa flota.
Entonces vamos poniendo churros...
... hasta que estén doraditos, dejándolos escurrir sobre papel de cocina.
Puedes espolvorearlos con azúcar glass o poner azúcar blanquilla en un cuenco y que cada cual los moje a su gusto.
Si ofreces estos churros caseros con chocolate a la taza recién hecho mejor todavía.