Primeramente preparamos un almíbar poniendo el agua y el azúcar a hervir hasta que quede un almíbar ligero y reservamos.
En el plato donde vayamos a presentar la tarta colocamos una base de bizcocho y con ayuda de un pincel de cocina lo mojamos con el almíbar.
Ponemos una capa de mermelada de fresas sobre el primer bizcocho.
A continuación ponemos la segunda capa de bizcocho igualmente mojado con el almíbar.
Cogemos las fresas y las picamos en trocitos reservando unas pocas para la decoración de nuestra tarta.
Montamos la nata usando unas varillas eléctricas y cuando empiece a montar añadimos el azúcar, cucharada a cucharada, hasta que esté bien montada.
Usamos unas cuantas cucharadas de nata para mezclarla con las fresas troceadas...
... y las repartimos sobre el segundo bizcocho.
Tapamos con el tercer bizcocho.
Mojamos el tercer bizcocho con el almíbar.
Metemos el resto de la nata en una manga pastelera con boquilla rizada y decoramos la tarta.
Por último ponemos las fresas que habíamos reservado.
Metemos en la nevera un par de horas para que esté bien fría.
Cortamos en porciones...
... ¡y a disfrutar de tu tarta de fresas y nata!