En un bol ponemos los huevos y el aceite de girasol.
Le añadimos la leche,
el azúcar...
... y el extracto de vainilla...
... y mezclamos bien ayudándonos de unas varillas.
A continuación dividimos la mezcla en 2 porciones, colocándolas cada una en un bol.
Para elaborar la pasta blanca en el primer bol tamizamos la harina y la media cucharadita de bicarbonato...
... mezclándolo todo bien con las varillas y reservamos.
Para elaborar la pasta de chocolate añadimos la ralladura de naranja,
la harina tamizada con el bicarbonato y el cacao en polvo.
Removemos todo bien usando las varillas y reservamos.
A continuación colocamos cada pasta en mangas pasteleras separadas.
Puedes ayudarte de unas boquillas lisas o bien cortando un pequeño agujero a la manga.
Precalentamos el horno a 220ºC.
Encamisamos un molde desmoldable de 23 cm con mantequilla.
En el centro del molde ponemos un círculo de la pasta blanca.
Encima del disco anterior ponemos otro círculo de la pasta de chocolate.
Vamos alternando un color con el otro.
Verás como, poco a poco, va tomando el aspecto de una cebra.
Si ves que se te desplaza la figura hacia uno de los lados intenta reconducirla hacia el centro.
Continúa así hasta acabar con la pasta de las dos mangas.
Mete el molde en el horno con mucho cuidado para que no se te desplace, baja la temperatura del horno a 180ºC y hornea durante unos 25 minutos. Cuando lo pinches con un palito y el palito salga limpio, el bizcocho estará listo.
Sácalo del horno y déjalo enfriar.
Cuando esté frío puedes desmoldarlo.
Cuando vayas a cortarlo verás el efecto marmolado fantástico de su interior.
El bizcocho de tigre y zebra está listo para comer.