Le pedimos al pescadero que nos corte 2 lomos de salmón quitándoles la piel y las espinas.
Con ayuda de un buen cuchillo cortamos el salmón a trocitos pequeños y los ponemos en un bol, sin usar la picadora, ya que quedaría el salmón apelmazado.
Espolvoreamos el salmón con sal, pimientas molidas y eneldo picado.
Añadimos el huevo entero y removemos todo bien con ayuda de una cuchara.
Seguidamente añadimos la harina y la levadura...
... y seguimos removiendo todo bien hasta que esté bien mezclado.
Lo metemos en la nevera para que repose un poco la harina durante una media hora antes de freírlos.
Hacemos unas bolas, no demasiado grandes, con ayuda de 2 cucharas y las metemos en un cazo con aceite de oliva suave o aceite de girasol bien caliente.
Las freímos un minuto por cada lado, ya que el salmón debe quedar jugoso y no seco.
Los ponemos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
¡Listos para comer! En este caso los acompañé con unas papas sancochadas y una mayonesa casera con eneldo.